Hola, soy Rubén, un apasionado estudiante de historia con especialización en los ricos anales del Perú. Déjame contarte sobre una figura prominente de nuestro pasado colonial, un personaje cuya vida estuvo llena de aventuras militares y políticas.
José de La Serna y Martínez de Hinojosa, distinguido como el último y cuadragésimo virrey del Perú, vio su primer aliento en Jerez de la Frontera allá por el año 1770. Proveniente de una familia noble, era hijo de Alvaro de La Serna y Figueroa y Nicolasa Martínez de Hinojosa. Forjó su educación en el prestigioso real colegio de artillería de Segovia, graduándose en 1789 como subteniente.
Nuestra figura se lanzó prontamente al fragor de la batalla, defendiendo Ceuta, una plaza fuertemente anhelada por los marroquíes entre 1790 y 1791. No mucho después, combatió en la campaña de Cataluña repeliendo la influencia revolucionaria de la primera República Francesa (1794-1795). En el mar, bajo el mando del general José Mazarredo, luchó contra los británicos en 1802 y, durante la invasión napoleónica, destacó en el segundo sitio de Zaragoza, aunque acabó prisionero y fue llevado a Francia. Con astucia y coraje, se escapó a Suiza en 1812, y desde allí se unió nuevamente a la resistencia contra los franceses en Salónica, ascendiendo en sus filas hasta ser brigadier del tercer regimiento de artillería. Para 1815, ya era mariscal de campo, honrado como benemérito a la patria en grado heroico y condecorado con la cruz de la orden militar de San Hermenegildo.
El Camino Hacia el Mando en el Alto Perú
El destino quiso que el general Joaquín de la Pezuela, comandante del ejército realista en el Alto Perú y virrey de Lima, dejara su puesto en manos de La Serna. Con un séquito de oficiales experimentados, zarpó de Cádiz y en setiembre de 1816, arribó al puerto de Arica. Desde allí, se desplazó por tierra hasta el cuartel general de Cotagata, en la actual Bolivia, tomando el liderazgo del ejército realista el 2 de noviembre de ese año.
Rumbo a la Independencia del Perú
La Serna, subestimando la capacidad de los soldados patriotas americanos y en desacuerdo con Pezuela sobre la estrategia de la guerra, solicitó dejar su comandancia en las provincias altas. En setiembre de 1819, pasó el mando en Cochabamba al brigadier José Canterac y se dirigió a Lima, con planes de volver a España. Sin embargo, el ascenso a teniente general y la presidencia de una junta consultiva de guerra lo retuvieron en Perú. La amenaza de la expedición libertadora de San Martín ya era palpable, y tras fallidas operaciones realistas, La Serna fue designado virrey, gobernador y capitán general tras la destitución de Pezuela en enero de 1821.
En marzo de ese año, La Serna envió emisarios a España para informar sobre los sucesos en el Perú. Pero la presión de San Martín lo forzó a evacuar Lima el 6 de julio de 1821, trasladando su gobierno al Cusco, desde donde continuó administrando las zonas aún leales al rey. La documentación de este periodo, estudiada por Horacio Villanueva Urteaga, es una ventana invaluable a nuestra historia. Finalmente, en la batalla de Ayacucho, La Serna fue herido y capturado, firmando la capitulación que reconocía la independencia del Perú. Regresó discretamente a España en 1825 y años después, en 1831, fue nombrado capitán general de Granada. Falleció en Sevilla en 1832, cerrando el capítulo de los virreyes peruanos.
Acontecimiento | Fecha | Detalle |
---|---|---|
Nacimiento | 1770 | Jerez de la Frontera |
Graduación | 1789 | Real colegio de artillería de Segovia |
Ascenso a Mariscal | 1815 | Mariscal de campo, cruz de San Hermenegildo |
Virrey del Perú | 1821 | Después de la destitución de Pezuela |
Independencia del Perú | 1824 | Capitulación en la batalla de Ayacucho |
Fallecimiento | 1832 | Sevilla, España |