¡Hola, amigos! Soy Rubén, un entusiasta de la historia peruana, y hoy les traigo la fascinante vida de Felipe Santiago Salaverry del Solar, un personaje emblemático de nuestra rica historia. Nacido en el corazón de Lima un 3 de mayo de 1806, este ilustre limeño fue el vástago de Felipe Santiago Salaverry y Ayerdi, encargado de las rentas del tabaco arequipeño durante los años 1812 y 1813, y de la distinguida Micaela del Solar y Duque de Estrada.
Desde su juventud, Salaverry demostró ser un erudito, sumergiéndose en el estudio de la gramática latina en la Universidad de San Marcos en 1817. Continuó su formación en el convictorio de San Carlos, donde perfeccionó su retórica y latín entre 1818 y 1819. Su educación se completó con conocimientos en matemáticas, lógica y música en el colegio de San Fernando en 1820. Sin embargo, la vida académica no fue suficiente para él; a la temprana edad de catorce años, Salaverry se lanzó a la aventura, uniéndose a las fuerzas de San Martín en Huaura, junto a Juan Antonio Pezet.
Integrado al batallón “Numancia”, Salaverry participó en la segunda campaña de la sierra central bajo Juan Antonio Álvarez de Arenales y combatió valientemente en el primer sitio del Callao. Reconocido por su bravura, fue promovido a subteniente en enero de 1822, sumándose al batallón N° 1 de la Legión Peruana. En su continuo ascenso, combatió en las desafiantes batallas de Torata y Moquegua, y fue parte de la liberación de Potosí en 1825, un hito en nuestra independencia.
En 1829, nuestro héroe fue nombrado ayudante de campo del presidente José de La Mar, y estuvo presente en los conflictos de Saraguro y Pórtete de Tarqui. Sin embargo, tras el derrocamiento de La Mar, Salaverry enfrentó la adversidad, siendo encarcelado en Piura. Más tarde, en un giro del destino, se le ofreció la subprefectura de Tacna en 1831, cargo que no aceptó, dejando en su lugar a José Rosa Ara mientras él se dirigía a Lima en busca de un retiro tranquilo. Pero la paz no era parte de su destino; acusado de conspiración, fue condenado al exilio en la aldea de Huallaga en 1833.
Con astucia y carisma, Salaverry se liberó, rebelándose contra el gobierno de Gamarra y haciendo vibrar el corazón de Trujillo con su liderazgo. Se convirtió en comandante general de La Libertad y enfrentó múltiples desafíos, incluyendo la acción de Huaylacucho y el histórico “abrazo de Maquinguayo”.
Su historia alcanzó un punto crítico cuando, tras ser ascendido a general de brigada por el presidente Orbegoso, Salaverry decidió tomar el mando como caudillo. Se proclamó jefe supremo en 1835 y defendió su causa con fervor patriótico, hasta que enfrentamientos con fuerzas bolivianas y la derrota en Socabaya marcaron su caída. Su vida culminó en la plaza de Armas de Arequipa, donde fue fusilado en 1836, dejando un legado de valentía y controversia en la historia peruana.
Año | Evento |
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1806 | Nacimiento en Lima |
1820 | Se une a la lucha por la independencia |
1822 | Ascendido a subteniente |
1829 | Ayudante de campo de José de La Mar |
1831 | Subprefectura de Tacna ofrecida |
1835 | Se proclama jefe supremo |
1836 | Fallecimiento en Arequipa |