¡Hola! Soy Rubén, un entusiasta de la historia peruana, y quiero llevarte en un viaje a través del tiempo para descubrir una de nuestras joyas nacionales: Machu Picchu. Esta ciudadela inca fue misteriosamente deshabitada en el siglo XVI. Su singularidad radica en que se mantuvo oculta a la invasión española, ofreciéndonos hoy una ventana excepcional al pasado inca.
Corría el mes de julio de 1911 cuando Hiram Bingham, un arqueólogo estadounidense, dejó Cusco en búsqueda de la perdida ciudad inca de Vilcabamba, tragada por la historia tras la conquista española en 1572. Desconociendo su paradero exacto, Bingham estaba resuelto a desentrañar su ubicación.
La revelación de Machu Picchu
Acompañado de mulas y su equipo, Bingham viajó noroeste siguiendo el río Urubamba. Tras cinco jornadas y cien kilómetros, un lugareño le habló de antiguas ruinas en una montaña próxima. Escalando la montaña, el equipo halló muros incaicos recubiertos por la selva. Allí, entre la espesura, descubrieron edificaciones de granito que, en palabras de Bingham, eran «ruinas tan impresionantes que nunca se habían visto en Perú».
Este hallazgo no era Vilcabamba, sino una fortaleza inca habitada en su apogeo por unos 1.000 ciudadanos. Se halla en un risco entre dos picos, uno de ellos Huayna Picchu y el otro, del cual toma su nombre, Machu Picchu.
El diseño de Machu Picchu
Fundada en el siglo XV, Machu Picchu pudo ser parte del patrimonio del inca Pachacútec. La ciudadela cuenta con residencias tanto para la élite como para los servidores, encargados de las tierras fértiles aledañas. Su diseño meticuloso sugiere que los arquitectos incas usaron maquetas para planificarla. Con estructuras en distintos niveles accesibles por escaleras, y la Gran Plaza en su corazón, era un epicentro para eventos significativos, rodeado por viviendas de piedra para la nobleza.
Alrededor, terrazas cortadas en la montaña con muros de contención evitaban la erosión, mientras que una red de canales irrigaba los cultivos.
Hogares del pueblo
Los artesanos y obreros residían en pequeñas viviendas lejos del centro, con techos de hierba y espacios compartidos donde las familias cocinaban y convivían.
El culto al Sol
Bingham también descubrió dos templos donde los incas adoraban al Sol, la Luna y las estrellas. El Intihuatana, un «amarre solar», era el lugar donde se realizaban rituales para asegurar la vuelta del sol tras el invierno.
Artesanía incaica
Los restos arqueológicos revelan que los incas dominaban la metalurgia y la talla en piedra, aunque Bingham no encontró tesoros ni oro. Los objetos desenterrados, a menudo en tumbas, incluían espejos de bronce, tejidos y herramientas diversas.
El porqué del abandono de Machu Picchu sigue siendo un enigma, pero sus ruinas nos permiten hoy aprender de su magnífica historia.
Característica | Detalle |
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Descubridor | Hiram Bingham |
Año de Descubrimiento | 1911 |
Ubicación | Entre las montañas Huayna Picchu y Machu Picchu |
Construcción | Siglo XV |
Función | Ciudadela inca |
Arquitectura | Terrazas, canales de agua, Gran Plaza |
Culto Principal | Adoración al Sol |
Hallazgos | Artesanía en metal y piedra, tumbas |