Queridos amigos y amantes de la rica historia peruana, me llamo Rubén, un ferviente estudioso de nuestro pasado glorioso. Hoy quiero relatarles la vida de un ilustre huarochirano, Julio César Tello Rojas, quien vio la primera luz en la localidad de Huarochirí (Lima) el 11 de abril de 1880, en el seno de una familia de sencillo vivir. Sus progenitores, Julián Tello García y María Asunción Rojas Erques, criaron a Julio César junto a once hermanos más. Sus estudios elementales los cursó en su tierra natal y en 1893 emprendió rumbo a Lima para continuar su formación académica, inscribiéndose primero en la institución educativa de Pedro Labarthe y posteriormente en el prestigioso colegio nacional Nuestra Señora de Guadalupe.
En 1900, Tello ingresó a la facultad de Medicina de la célebre Universidad de San Marcos, compartiendo aulas con Ricardo Palma, vástago del renombrado tradicionista, y haciéndose de su aprecio. Ricardo, siendo director de la Biblioteca Nacional, le confirió a Tello el cargo de conservador. En aquel santuario del saber, Tello se sumergió en el universo precolombino a través del estudio de los idiomas autóctonos que Sebastián Barranca había investigado. En 1906, dio a conocer su primera disertación sobre cráneos prehistóricos de Yauyos. Con la tesis «La antigüedad de la sífilis en el Perú», obtuvo su bachillerato en Medicina en 1908 y al siguiente año, merced a una beca del gobierno de Leguía, se embarcó hacia los Estados Unidos para cursar estudios avanzados en la Universidad de Harvard, alcanzando una maestría en Antropología en 1911, convirtiéndose en el primer peruano laureado con tal distinción en ese recinto académico. Posteriormente, continuó su formación en Berlín, París y Londres, asistiendo a diversos cursos de especialización.
A su regreso, Tello se adentró en la arena política como integrante del Partido Nacional Democrático y fue electo diputado por Huarochirí. Desde su sitial legislativo, entre 1917 y 1928, se entregó a la causa de proteger el legado histórico y arqueológico del país.
Exploraciones arqueológicas de Julio César Tello
Las investigaciones de Tello comenzaron en 1913, cuando acompañó a su mentor Alex Hrdlicka en estudios a lo largo de la costa peruana. Su doctorado en Ciencias lo obtuvo en 1918 con la tesis sobre las cabezas humanas artificialmente momificadas y su representación en el arte peruano ancestral. A partir de 1919, emprendió exploraciones en la sierra que fortalecerían su hipótesis sobre el origen de una avanzada cultura regional. Visitó Chavín, cuyo arte lítico le causó gran impresión, y continuó su travesía desde el Marañón hasta la costa, en busca de pruebas de la difusión de lo que él denominó como la “cultura matriz del Perú”. En ese mismo año, se integró como profesor a la Universidad de San Marcos y fundó el museo arqueológico de la institución. En 1920, organizó el Museo de Arqueología Peruana con la colección Larco Herrera y en 1925, sus excavaciones en Paracas le permitieron definir una nueva cultura a partir de sus hallazgos fúnebres excepcionales.
A pesar de la caída de Leguía y su subsecuente separación del Museo de Arqueología, ello no cesó en sus indagaciones. En 1931, exploraba el valle del Mantaro y, en los años siguientes, desenterró templos y cementerios a lo largo del país, transmitiendo su conocimiento en la Pontificia Universidad Católica. Apoyado por la Universidad de San Marcos y la fundación Nelson Rockefeller, realizó significativas excavaciones en el norte del Perú, incluyendo lugares como Sechín y Mojeque. Hasta sus últimos días, Tello mantuvo su pasión investigadora, explorando diferentes valles del Perú.
Legado de Julio César Tello
En 1945, Tello fundó el Museo Nacional de Antropología, y se desempeñó como su primer director. Enseñó en la universidad innovando con cursos como Antropología General y Arqueología del Perú, destacando por su enfoque práctico. Comprometido con la educación, escribió obras fundamentales sobre las culturas prehispánicas y publicó estudios relevantes, aunque gran parte de su obra quedó inédita. Antes de su deceso el 3 de junio de 1947, Tello donó su biblioteca y apuntes de campo a la Universidad de San Marcos, un tesoro que su discípulo Toribio Mejía Xesspe ha compartido parcialmente con el mundo. Hoy, el legado de Tello perdura en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia en Pueblo Libre, donde descansan sus restos.
Fecha de Nacimiento | 11 de abril de 1880 |
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Lugar de Nacimiento | Huarochirí, Lima |
Logros Académicos | Primero peruano en obtener una maestría en Antropología en Harvard |
Contribuciones | Fundador del Museo Nacional de Antropología, múltiples publicaciones y excavaciones arqueológicas |
Fallecimiento | 3 de junio de 1947 |