Hola, soy Rubén, un apasionado estudiante de historia con especial enfoque en los ricos relatos de Perú. Quiero compartir con ustedes la vida de un personaje notable en la historia de nuestro país.
Gaspar Zúñiga y Acevedo, distinguido como el quinto conde de Monterrey y décimo virrey del Perú, vio la primera luz en Bavilafuente, Salamanca, durante el año 1562. Proveniente de una familia de prestigio, era hijo del conde de Monterrey, don Jerónimo de Acevedo y Zúñiga, y de doña Inés de Velasco. En 1595, su destino se unió al de Nueva España como virrey, desempeñando un gobierno caracterizado por su rectitud y desapego por ocho años.
Su historia tomó un nuevo rumbo en septiembre de 1603, al recibir noticias de su ascenso al virreinato del Perú por el rey Felipe III. Su partida de Nueva España fue un evento conmovedor, especialmente para la comunidad indígena, que expresó su pesar profusamente.
Tras una ardua travesía marítima que agravó su ya frágil salud, el conde de Monterrey asumió el poder en Lima el 8 de diciembre de 1604. Su gobierno, aunque breve debido a su salud menoscabada por la gota, fue marcado por una devoción incansable hacia sus responsabilidades. Con una integridad inquebrantable y un espíritu humilde, dedicó su vida y sus recursos al servicio de la caridad, donando a los más necesitados la suma de 25 mil ducados.
En su gestión, implementó reformas significativas como la creación del Tribunal Mayor de Cuentas para supervisar las finanzas reales. Se dedicó a regular el servicio de los indígenas y promulgó normativas para los gremios de Lima, incluyendo a los espaderos y zapateros. Su legado incluye la fundación del monasterio de Santa Clara y de otras órdenes religiosas. Bajo su mandato, se estableció la villa de Oruro y se erigieron los obispados de La Paz y Santa Cruz de la Sierra.
Gaspar Zúñiga y Acevedo nos dejó el 16 de febrero de 1606, en la granja de los padres dominicos de Limatambo. Su muerte fue descrita como la de un verdadero cristiano, ejemplar en su fe y virtud. Fue un adiós que marcó tanto a las provincias como a la historia peruana. Sus restos descansan en Galicia, en el colegio de la Compañía de Jesús de Monterrey, dejando tras de sí un legado de justicia y prudencia. Su amada esposa, doña Inés de Velasco y Aragón, continuó su memoria.
Nombre | Cargo | Nacimiento | Fallecimiento | Aportes |
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Gaspar Zúñiga y Acevedo | X Virrey del Perú | 1562, Bavilafuente, Salamanca | 16 de febrero de 1606, Limatambo | Tribunal Mayor de Cuentas, Reglamentación del servicio indígena, Fundación de monasterios y obispados. |